Ojos verdes #4 Insomnia

Son pasadas las 3 de la mañana ahora mismo, mientras escribo esto desde mi teléfono, no se que hora sera cuando lo leáis. Ed Sheeran me canta al oído. No puedo dormir, y me he dado el capricho de comerme la cabeza un ratito.
Mañana empieza el curso. Recuerdo ser pequeña, y estar emocionada por el primer día. Recuerdo pensar la noche anterior en lo que podría ponerme. En si habría algo nuevo. En si alguien nuevo vendría. En todo lo que aprendería ese año. ¡Por Dios ya era un año mayor!
Sin embargo, a medida que han pasado los años, he perdido esa motivación. Ya no emociona empezar. Pienso en lo que voy a ponerme, y en como no me voy a poner en ridículo este año. Como cuando en primero de la ESO me caí por las escaleras delante de todo el mundo el primer día. Típico de mi.
Creo que he perdido mis ganas de empezar las clases, porque siento que todo es presiones. Otro curso empieza. Otros nueve meses aproximadamente de estrés, deberes y exámenes, noches en vela estudiando para ganar un maldito cinco.
No es que no me apetezca, que no me apetece, es más que no se como voy a llevar la situación. Os comenté en mi ultimo ojos verdes que me da miedo perder el control de la situación, y creo que es exactamente lo que va a pasar.
Estoy hablando con mi mejor amiga, y Ed Sheeran ha dejado de susurrarme una de sus canciones en el oído. En su lugar suena MIKA.
Como cambian las cosas. Parece ayer que lloraba porque iban a separarme de mi clase de toda la vida para empezar la ESO y ahora lloro de estrés porque no se como voy a sacarmela sin perder la cordura. A veces me pregunto donde se ha quedado la pequeña Berts, con dos coletas y más dulce que un cruasan con chocolate. Esa niña que leía libros de Geronimo Stilton y mantenía una sonrisa en su cara pese a que estuviera triste. Pero todos crecemos tarde o temprano.
Hay tantas cosas que me gustaría decirle a mi yo de hace años. Que estudie, que es importante. Que llorar esta bien, y a veces sonreír no va a salirnos. Que vivimos en un mundo de idiotas, y no todo va a ser de color de rosa.
Pero sin todo mi pasado, sin mis meteduras de pata e ideas de bombero, no seria quien soy yo ahora mismo. Como Michael Jackson dijo un vez, "Somos productos de nuestras infancias".
Y con esta frase, por fin ganas de dormir, dolor en la mandíbula y Twenty One Pilots de fondo, esta servidora se va a la cama.